sábado, 13 de febrero de 2010

Caso Supremo


Carmen Negrín, nieta del último jefe de Gobierno de la Segunda República, Juan Negrín, llama a las cosas por su nombre y dice algo que no por obvio conviene recordar y es que los jueces que llevan el caso de Garzón no puden ser imparciales, ya que "juraron fidelidad al caudillo y a los ideales del movimiento", incluido el presidente del Tribunal Supremo, el ultra catolico Carlos Dívar. Dice bien Carmen Negrín que "Una cosa así nunca hubiera pasado en Alemania, porque allí, para empezar, nadie hubiera permitido que existiera una formación como Falange Española de las JONS....El problema de Garzón es que es demasiado eficaz y eso no ha gustado a la derecha [en referencia al caso de corrupción Gürtel]". Dicho está y no por ello aquí pasa nada. Todo atado y bien atado

1 comentario:

maki dijo...

este país está cada día mas en manos de ultra derecha. y los auto proclamados socialistas no consiguen hacer nada para impedirlo. y así nos va