Leguina con sus patrocinadores
Unos dicen que es el rencor acumulado lo que le lleva actuar de esta manera. Otros que tiene el síndrome de Estocolmo y que con el tiempo se limita únicamente a admirar a los mismos que le sacaron del centro de la ola. Los hay también que aunque no comparten lo que dice han optado por callar en señal de duelo por lo que durante años fue y significó. Unos y otros sostienen que además de todo lo anterior es la pasta, el dinero, la guita, el parné, la posición, el status, la vanidad, lo que le lleva todas las mañanas y noches a dedicar su tiempo y su alma a dar tumbos por los cenáculos mediáticos de la extrema derecha.
En fin, sea lo que sea, los que en alguna ocasión le hemos votado no nos merecíamos este final de ciclo tan penoso.
PD. Aquí os dejo un enlace sobre sus paseos nocturnos por la tv opusdina de Intereconomía
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