sábado, 24 de septiembre de 2011

Genoveses trileros : Alberto Núñez Feijóo



Alberto Núñez Feijóo, el hijo del Saturnino y la Sira , nace en Orense allá por el año 1961.En Santiago de Compostela estudia Derecho. Al finalizar, no se lo piensa dos veces y prepara las oposiciones de funcionario de la Xunta de Galicia.

Hasta ese momento Alberto era un tipo desconocido del que decían que dice que había votado en unas elecciones sin precisar a Felipe González. Sea lo que sea , el caso es que en Septiembre del 1991, con esos principios tan sólidos que desde joven le caracterizan, se cuenta que un buen día se cruzó en un pasillo con el veterano genovés José Manuel Romay Beccaría que entonces era titular de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Xunta de Galicia que tenía en propiedad desde hace años Manuel Fraga Iribarne. De mutuo acuerdo se le nombra Secretario General. Con este nombramiento bajo el brazo Alberto hace sus cuentas y claramente adivina que su futuro está entre los genoveses originales y genuinos.

Dicho y hecho. En 1996 como otras muchas jóvenes promesas genovesas se traslada a Madrid para formar parte del gobierno de La Cosa. En el sorteo llevado a cabo en la sede nacional de Génova 13, Alberto fue agraciado con el nombramiento retribuido de Secretario General de Asistencia Sanitaria en el Ministerio de Sanidad y Consumo, cuyo titular era casualmente Romay Beccaría, y poco después en ese mismo año se convirtió en presidente del INSALUD.

Pero Alberto era y es un genovés inquieto y no se resigna a permanecer sin autopromocionarse y decide ir pegando saltos por el BOE hasta que un día llega a ser nombrado ,desde mayo de 2000 y enero de 2003,  Director de Correos y Telégrafos.

Con ese cierto olfato que posee de superviviente en el año 2003 regresa a Galicia para formar parte del Gobierno de la Xunta genovesa que continúa presidiendo Manuel Fraga Iribarne. Un 18 de enero fue nombrado consejero de Política Territorial, Obras Públicas y Vivienda y un año después se convirtió en vicepresidente primero.

Cuando todo iba viento en popa a toda vela, su patrón Manuel Fraga Iribarne en las elecciones del 2005 se queda descompuesto y sin su Xunta, tras la formación de un gobierno formado por el PSOE-BNG. Resultado de esa sorpresa sorprendente es que Alberto tiene que buscarse la vida y se agarra como un clavo ardiendo a su escaño autonómico.

Desde allí entra de lleno en el fango genovés y se suma a las guerras internas entre unos y otros. Finalmente resultó vencedor por los puntos, siendo elegido a principios de 2006 presidente del Partido Popular de Galicia. Desde entonces no ha parado de hacer gestos de sumisión debida a su presidente nacional y valedor, el bon vivant de Mariano.

Pero , al final, la suerte le acompaña y en las últimas elecciones gallegas, celebradas el 1 de marzo de 2009, con buenas dosis por su parte de marrullería y gracias también a los sucesivos " méritos " de la coalición PSOE-BNG, Alberto logra la victoria por mayoría absoluta (38 escaños) y pasa a presidir la Xunta.

Durante estos dos años y medio ha hecho de todo un poco. Comenzó mintiendo a sabiendas sobre los coches oficiales de la Xunta por lo que todavía no ha pedido disculpas. Ha favorecido con descaro y alevosía a sus amigos como es el caso del genovés Josep Piqué que ha visto como desde la Xunta se financiaba con 4, 5 millones de euros vuelos de su compañía aérea Vueling.

No se le ha movido uno solo de sus principios cuando se ha sabido que está rodeado de todo tipo de imputados por todo tipo de asuntillos.  Zanja los debates sobre corrupción al más puro estilo de Camps y Fabra : "A mí me llegan los principios éticos que me dan los votos".

Ha viajado durante este tiempo de gorra por medio mundo, mezclando sus vacaciones personales con visitas institucionales. Ha colado con desparpajo y complicidad eclesial por la puerta de atrás a su novia en todo tipo de viajes oficiales , incluida una audiencia con el Papa B. XVI.

Sus promesas electorales provocan las risas de personal, sobre todo entre los caciques genoveses que continúan pululando a sus anchas por su Partido y que siguen esperando a que cumpla con su anuncio según el cual iba acabar con ellos y con sus asimilados. Recorta servicios educativos en clara competencia con la Sra. Condesa Aguirre; legaliza sin inmutarse viviendas ilegales promovidas por ayuntamientos genoveses; favorece pactos de su partido con transfugas de la peor especie y reparte la publicidad institucional a ojo de buen cubero con más de 151 millones de euros en 733 procedimientos negociados sin publicidad.

Eso si, los que le conocen sostienen que a pesar de todo esto y muchos más, cada día el trilero de Feijóo es más católico, apostólico y romano. La doble moral es lo que tiene.

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