lunes, 28 de noviembre de 2011

Gallardón : No hay mal que por bien no venga

Comienza el espectáculo
La salida del Ayuntamiento de Madrid del cursi de Alberto Ruíz Gallardón,  el más genovés entre los genoveses, para seguir a la vera verita vera de Mariano, el estadista clandestino, puede doblemente hacer verdad el viejo refrán que dice "que no hay mal que por bien no venga ".

De un lado, se facilita la llegada a los altares municipales de Ana Botella, una bomba de relojería, electoralmente hablando, para los genoveses originales y genuinos.Su ignorancia y su osadía nos tiene que dar más de una tarde de gloria y festín.

De otro, a partir de su salida municipal, es probable que aunque con algún retraso sobre el horario previsto, el portavoz socialista se aplique el cuento y comience a ejercer la oposición como Dios manda que diría Mariano. Nunca he entendido las complacencias que desde hace años se han mantenido con Ruíz Gallardón. Ni el personaje se lo merecía ni su tramposa gestión tampoco.

De hecho, la combinación Botella en plan alcaldesa y  una oposición constante y firne es la mejor garantía para que Madrid sea algo más que la suma de San Isidro , la Verbena de la Paloma y el olor a incieso que va dejando por las esquinas Rouco Varela.

En todo caso, por su hubiera alguna duda de como se las gasta este trilero genovés solo hay que ver el trueque que ha alcanzado sin testigos con la Sra. Condesa para mal vender la participación municipal en el Metro y en el Canal de Isabel II. Por no decir sus malas artes en el traspaso a la CAM de las competencias en escuelas infantiles, centros de salud y las residencias de mayores. Y todo para saldar sus impresentables deudas que durante años, cual Napoleón, ha ido acumulando sin orden ni concierto.

Lo dicho no hay mal que por bien no venga.

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