Con lo dado que es La Cosa en opinar, eso si, siempre cobrando por ello, fuera y dentro de las fronteras hispanas, sobre todas y cada una de las desgracias que según el está cometiendo el gobierno socialista de ZP, resulta que ahora está callado como si con el no fuera la cosa, sobre su buen amigo Silvio Berlusconi y sus empeños en hundir a la economía italiana.
Ya están lejos para los FAZMATELLAS aquellas reuniones públicas privadas con el anunciado dimitido Primer Ministro italiano en sus palacios de verano. Por no acordarse ni se acuerda ya de su presencia en la boda de su hija Anita en El Escorial. Y ni sabe ni contesta sobre los exitosos y sospechosos negocios de su yerno Agag con los amigos de Berlusconi.
La Cosa, como también comienza a sospechar el Duce ahora caído en desgracia, ha sido, es y será poco más que un genovés leal consigo mismo y con su cuenta corriente. Para el todo lo demás es circunstancial y puede esperar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario