La pieza nº 25: Entre lo verosimil y la verdad

Mariano , el estadista, saludando a su manera al Jefe del Estado

Decíamos hace unos días que estábamos compungidos por la súbita desaparición del charlatán genovés por méritos propios Esteban González Pons. Todo eran cábalas e hipótesis sobre las verdaderas razones de su paso a la clandestinidad más clandestina..

Hoy tras su citación como testigo en el Caso Urdangarín el próximo 15 de Mayo  , es decir la denominada Pieza nº 25 del sumario iniclamente abierto por el juez Castro para esclarecer que sucedió con los sobrecostes de las obras del Velódromo Palma Arena y sus aledaños y que ha derivado sobre los negocios con afán de lucro del yerno de marras, las hipótesis van tomando cuerpo y los rumores se han disparado.

De hecho, si desde aquí jugáramos al juego que mejor juegan los genoveses originales y genuinos, es decir, mezclar lo que es verosímil con lo que no necesariamente es verdad, y además siguiéramos la política de intoxicación y manipulación que el propio Pons ha practicado con tanto entusiasmo y tesón, podríamos llegar a la hipótesis que en realidad su citación es mucho más que su mera declaración como testigo.

Más aún ya puestos a lanzar hipótesis verosímiles que no necesariamente tienen que ser verdad alguien podría pensar, con o sin razón, que estamos ante el inicio de una operación de especial calado político que afecta a las más altas instituciones del Estado y que como bien sabe el juez Castro si hubiera imputado a Pons en esta pieza nº 25 y en este momento procesal  la causa pasaría al Tribunal Supremo por su condición de aforado.Las consecuencias son obvias, con Pons marcharían también el resto de los imputados incluido el protagonista principal de este asunto cada vez más turbio.

Si desde aquí jugáramos al juego que mejor juegan los genoveses originales y genuinos, es decir, mezclar lo que es verosímil con lo que no necesariamente es verdad, hoy podríamos decir que Pons, al final, sin comerlo ni beberlo, se puede convertir en un tonto útil para las más altas instituciones del Estado y que puede conseguir lo que otros han intentado y no han logrado: Que el juez Castro se quede sin caso y sin yerno que procesar.

Eso si,mientras todo esto sucede siempre se puede decir que todos los españoles somos iguales ante la ley. El que lo dice sabe bien que es verosímil pero no es verdad. Por eso quizá es inviolable.