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Entre sospechosos habituales anda el juego |
Según su CV colgado en la web del Ayuntamiento lo ha sido todo en la Plaza de la Villa : responsable de Seguridad y Movilidad, siendo responsable del Cuerpo de Policía Municipal y de la seguridad ciudadana, de las emergencias, a través del servicio SAMUR-Protección Civil y del Cuerpo de Bomberos; de la movilidad y el transporte público en la ciudad de Madrid (Cuerpo de Agentes de Movilidad, EMT y taxi); de la salud pública y las drogodependencias; así como de la gestión de la Sociedad Calle 30 y de los servicios funerarios, etc etc.
Pero todo se acaba alguna vez y tras la salida hacia el Ministerio de Justicia de su mentor y padrino se ve obligado a reubicarse y en una operación de encaje y bolillo acaba de Concejal de Economía con la inefable nueva alcaldesa Ana Botella. Hasta aquí un resumen del susodicho que no es ni más ni menos que el de un genovés de los muchos que pululan por las Administraciones donde disponen de mayoría absoluta.
La cuestión que sin embargo nos trae hoy hasta aquí no es para repasar su curriculum ni sus habilidades para sobrevivir a los cambios de pareja entre genoveses. Lo que nos trae es su extraña habilidad para rodearse de amistades peligrosas que se acaban convirtiendo en sospechosos habituales.
Por ejemplo en el año 2006 cuando salió como puedo y gracias a la mayoría absoluta genovesa que impidió que se creara una Comisión de Investigación sobre la adjudicación de los denominados Parquimetros del Sur de Madrid. Como el mundo genovés, a efectos de los negocios, cabe en un pañuelo, casualmente el adjudicatario fue un tal Juan Manuel Casares, un amigo personal de Calvo de los de su etapa al frente de las juventudes genovesas. El escándalo le supuso que la oposición en pleno le pidiera su dimisión al cursi de Gallardón. Como estaba previsto el Alcalde miró para otro lado y el asunto se murió en las puertas de una Comisión de Investigación que jamás se constituyó.
Pero Calvo está acostumbrado a eso y a mucho más.Tanto lo está que ni se inmutó cuando el propio Gallardón se vió obligado a cesar el pasado mes de noviembre al coordinador general de Circulación, Fernando Autrán, uno de sus más estrechos colaboradores por los insultos barriobajeros que dedicaba a todos aquellos que se le ponían a tiro en Twiter
Por ejemplo en el año 2006 cuando salió como puedo y gracias a la mayoría absoluta genovesa que impidió que se creara una Comisión de Investigación sobre la adjudicación de los denominados Parquimetros del Sur de Madrid. Como el mundo genovés, a efectos de los negocios, cabe en un pañuelo, casualmente el adjudicatario fue un tal Juan Manuel Casares, un amigo personal de Calvo de los de su etapa al frente de las juventudes genovesas. El escándalo le supuso que la oposición en pleno le pidiera su dimisión al cursi de Gallardón. Como estaba previsto el Alcalde miró para otro lado y el asunto se murió en las puertas de una Comisión de Investigación que jamás se constituyó.
Pero Calvo está acostumbrado a eso y a mucho más.Tanto lo está que ni se inmutó cuando el propio Gallardón se vió obligado a cesar el pasado mes de noviembre al coordinador general de Circulación, Fernando Autrán, uno de sus más estrechos colaboradores por los insultos barriobajeros que dedicaba a todos aquellos que se le ponían a tiro en Twiter
Años después, es decir, ayer mismo, el inefable de Calvo se vuelve a ver envuelto en otros asuntillos que también prometen emociones fuertes. Esta vez el protagonista es su amigo y colaborador, un tal Javier Conde que dicho sea de paso suele estar metido en todos los saraos por los que merode su jefe y amigo. De hecho, cuando los parquimetros, el formaba parte de la Comisión de Contratación que los adjudicó y también se volvía a repetir la historia y resultó ser amigo del adjudicatario.
Ahora el lío en que anda metido el dúo Calvo&Conde se centra en saber el alcance que tiene el hecho de que Conde y varios de sus subordinados hayan estado utilizando como vehículos oficiales y para uso privado numerosos coches de contratas que habían sido beneficiadas de sustanciosas adjudicaciones municipales.Su uso y abuso abarca todas las hipótesis posibles: Traslados (primero un Citroën C4, luego un C5) a comidas con amigos, excursiones a otra provincia, cursos de verano, fiestas, partidos de fútbol e incluso a actos electorales del PP de la campaña municipal de mayo de 2007. Para ello contaban además como chóferes con los conductores asignados y pagados por las empresas para esos vehículos, según la denuncia investigada.
La alcaldesa Botella no sabe donde meterse y anuncia para ganar tiempo que se pone a investigar que ha sucedido , eso si, con la muletilla familira del caiga quien caiga. Veremos si como hasta ahora, Pedro Calvo y sus amistades peligrosas salen de esta o por el contrario, de tanto forzar la cuerda esta vez se le rompe y se caen con todo el equipo y todas las contratas.
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