Como consecuencia directa de los cambios de gobierno de todo tipo y tamaño se produce un fenómeno universal y natural que no es cuestionado ni por los que llegan ni por los que se van. Nos referimos a las figuras de los cargos públicos cesados y las de sus sucesores. Como en la variedad está el gusto los hay de mayor o menor calado.
Estos días en nuestro país, tras los resultados electorales del 20-N, el BOE es testigo privilegiado aunque no el único, de los cambios que se están produciendo en los niveles políticos, aunque no solo, en la Administración General del Estado.
Según datos del Registro Central de Personal el número de afectados potenciales si sumamos los Altos Cargos (409) y el personal eventual de confianza (663) la cifra resultante es de poco más de 1000 personas las que en un cambio de gobierno pueden ser susceptibles de ser removidas de sus puestos. Eso si, de esos 409 Altos Cargos cerca del 95% son funcionarios de carrera porcentaje que disminuye en el caso del personal eventual de confianza.
Hasta aquí las cifras de referencia que pueden ser consultadas en su desglose pinchando en este vinculo. Sin embargo la cuestión que hoy traemos aquí no se refiere ni a discutir la legitimidad de los nuevos gobernantes para cesar dentro de esos colectivos a quien consideren oportuno ni para nombrar a sus sustitutos sobre los cuales ya hemos hecho algunos comentarios en post anteriores.
Por el contrario, nos proponemos con datos ciertos y contrastables dar a conocer los nombres y apellidos de aquellos que habiendo ocupado un puesto de confianza política y nombrados por un Consejo de Ministros presidido por ZP, sean o no funcionarios, no dudan ahora en ofrecer sus servicios " profesionales " a los nuevos responsables genoveses en los Ministerios y Organismos Públicos.
La tipología es rica , variada y está muy diversificada. El denominador común que les une es su creencia de que ellos son profesionales de la Administración y como tal deben ser tratados. Además están convencidos que su papel como Alto Cargo es meramente técnico sin implicaciones políticas. Y es cierto que en algunos casos es así y como tal no son objeto de este post.
Si lo son por el contrario los que deliberadamente obvian que su nombramiento de pasado y de futuro como Alto Cargo tiene que ver no con su condición de funcionario, requisito general para ocupar un puesto de Director General, Subsecretario y Secretario General, sino por un componente de confianza política compatible con su cualificación profesional.
Veamos varios ejemplos que pueden ayudar a ilustrar el sentido de lo que aquí tratamos de exponer. De entrada dos casos que conviven en el tiempo y que siendo en estos momentos ambos Altos Cargos su nombramiento ha sido realizado por distintos gobiernos. Uno es Pere Navarro, Director General de Tráfico , nombrado en los primeros Consejos de Ministros de ZP. El segundo caso es el de Carmen Vela Olmo , Secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación nombrada a propuesta de Luis de Guindos, Ministro de Economía y Competitividad .
Sobre la gestión llevada a cabo por Navarro y su equipo ni sus máximos detractores que los tiene pueden negar que ha dado resultados extremadamente positivos hasta el punto que ayer mismo Mariano, el estadista, en su auto entrevista para la agencia EFE tuvo dificultades para no reconocer su buena gestión.
Y sobre la segunda tampoco se discute ni sus posiciones progresistas- Vela fue la encargada, el 10 de febrero de 2008, de leer un manifiesto de apoyo a ZP titulado Defender la alegría,- como tampoco se niegan sus conocimientos y preparación profesional tal como ha resaltado en un comunicado de apoyo la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce), que engloba a más de 30.000 científicos.
Ambos casos son validos para abrir un debate en positivo sobre la permanencia o no como Altos Cargos de un Gobierno distinto y distante a sus posiciones ideológicas como es el caso del que preside Mariano, el estadista. En el caso de Navarro se da además la circunstancia de ser un militante del PSC-PSOE por lo que la cuestión a despejar es si el propio afectado aceptaría o no continuar colaborando con un gobierno conservador. Sobre la segunda la discusión, más allá de las descalificaciones que ha recibido de la extrema derecha genovesa, es conocer las razones de la interesada por las que ha entendido que es compatible ser progresista con forma parte del máximo nivel de un gobierno tan profundamente conservador como lo es el que representa Mariano, el estadista.
El segundo ejemplo que es el motivo real de estos post tiene que ver con otros personajes que a diferencia de los anteriores habiendo ocupado y en algunos casos siguiendo ocupando Altos Cargos no se puede disociar su gestión de la confianza política y personal por la que fueron nombrados ni tampoco hay consenso en calificar su gestión y trayectoria en los mismo terminos que los referidos a Navarro y Vela .Sobre ellos, sus nombres , apellidos y circunstancias continuaremos en breve informando.
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