Manolo, el del bombo, ajusta cuentas

Al original le ha salido una mala replica

Hay Ministros genoveses que como el de Asuntos Exteriores Manuel García Margallo, el del bombo, comienza a dar claros síntomas que está en un Ministerio que le supera y le desborda y que su nombramiento obedece a un penoso y costoso error. Dicen los que le sufren que lo suyo era asesorar a Mariano en cuestiones básicas de economía por las tardes, en una mesa camilla y en zapatillas. Y poco más.

Y a las torpezas cometidas en sus primeras semanas que ya comentamos en otros post , se ha añadido un nueva que no tiene precedente en la larga historia del Palacio de Santa Cruz. El pasado viernes perpetró el cese simultaneo de más 30 embajadores acreditados en diferentes países y en numerosos organismos internacionales.

Al margen de las lamentables  formas seguidas - la mayoría se han enterado por el boca a boca y por las agencias de noticias - el fondo es mucho más inquietante. La razón básica que ha prevalecido para los ceses es un puro y mero ajuste de cuentas con todos aquellos embajadores sobre los que recaía la sospecha de ser unos desleales colaboracionistas con los gobiernos de ZP.Ni más ni menos ni menos ni más. 

Manolo, el del bombo, se ha llevado por delante numerosas carreras profesionales y  en muchos casos sus sustitutos tienen en común haber formado parte de los equipos que colaboraron con Aznar y sus sucesivos Ministros de Exteriores. Se han recuperado para importantes embajadas y organismos internacionales a los mismos que con entusiasmo y tesón dieron forma y contenido a la locura que supuso la participación de España en la ilegal e ilegitima guerra de Irak y de paso ayudaron con su pluma a la deslegitimación de la ONU.

Para colmo, Manolo el del bombo , tan chulesco con los más débiles y que presume de  disponer de una linea directa con Mariano ha preferido agachar la cabeza y dar el visto bueno a determinados nombramientos que rozan la indignidad.

Este es el caso del opusdino de Federico Trillo que posee el dudoso honor de no hablar ni mucho ni poco , ni escribir, ni mucho ni poco,  en el idioma que une a todos los diplomáticos del planeta y que para más vergüenza propia y ajena resulta ser el mismo que se habla en el país que va a ser acreditado, es decir, en el Reino Unido. Visto además sus acreditadas aficiones a las hazañas bélicas es una garantía para que cualquier día de estos,  al alba y con tiempo duro de levante .... le de por tomar Gibraltar.

Para reír , llorar y no parar.Y llevan solo 55 días.