Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. Esto
es ni más ni menos lo que debe estar pensando la todavía Ministra Fátima Báñez cuando intenta poner en orden la cadena de
despropósitos que está protagonizando en compañía de varios de sus monosabios
en el denominado Caso Fategate que
con acierto toma su nombre para resumir uno de los mayores escándalos de
espionaje laboral y político de los últimos años.
En anteriores post que podéis consultar pinchando aquí, os hemos ido informando de los orígenes y evolución de este caso. La publicación por parte del periódico El País de una parte de las pruebas, las ridículas explicaciones de la Vice Presidenta del Gobierno y el espeso silencio de la afectada hacen que este asunto sea pionero en prácticas hasta ahora desconocidas.
Pero volvamos a los hechos y algunas de las circunstancias que rodean este aparatoso caso. De entrada, repasemos las pruebas conocidas y aquellas otras que aún no lo son pero podemos adivinar que acabaran siéndolo.
En primer lugar nos encontramos con la más llamativa desde un punto de vista mediático como es sin duda el correo que la Ministra envía a una periodista del diario genovés La Razón. Aquí caben varias hipótesis, unas más verosímiles que otras y tan sola una cierta y verdadera. Los hay que intentan desviar la atención insinuando que el correo ha sido manipulado o en su defecto, el emisor no ha sido la Ministra y en consecuencia, sin su conocimiento ha sido enviado.
Los que sostienen esta línea de defensa saben bien que manipular un correo es misión imposible conociendo como conocen el funcionamiento del servicio de correo de un Ministerio. La configuración está personalizada y en el caso que nos ocupa, dada su condición de Ministra, hay un plus de seguridad que hasta el momento nadie ha rebatido y son bastantes los Ministros que han pasado por ese Ministerio. Y la hipótesis de que un extraño ha entrado y salido del despacho de la ministra y en un tiempo record ha encendido su ordenador, escrito un correo y se lo ha enviado a la citada periodista, roza el absurdo y es más propio de la película Misión Imposible que de la dura realidad hispana. Aquí y bien lo sabe las protagonistas , ni ha habido manipulaciones ni suplantaciones. Todo es mucho más sencillo. A las 14h 46´ del lunes 25 de junio, previo aviso, se envía desde el servidor de correo del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, desde su dirección y desde su ordenador personal o desde su Ipad, tanto monta monta tanto, un correo con un documento adjunto que servirá de base para la crónica que el día siguiente firmará la susodicha periodista.
En segundo lugar, la siguiente prueba a considerar es precisamente la nota adjunta al correo de la Ministra y las evidencia evidentes que identifican a su autora material. De entrada, nos encontramos ante una prueba que aún no ha sido publicada en su integridad y que tan solo se conoce que ocupa dos folios y tiene el título de “Nota sobre las medidas de regulación de empleo (despidos colectivos, suspensión de contratos y reducciones de jornada) presentadas por el PSOE el pasado 22 de Junio “.
Aquí también hay varias cuestiones a destacar. La primera de ellas es que llama la atención que, sin que haya aún sido publicada, la repipi ex opositora y actual Vice Presidenta del Gobierno en la rueda de Prensa del pasado Consejo de Ministros haya optado por minimizar su contenido, se supone que por conocerlo, intentando explicar que en realidad no se dice en esa nota nada que no se haya ya contado con anterioridad. Es evidente que cuando se conozca íntegramente la Vice Presidenta y algunos genoveses más deberán explicar:
1º) Cuándo y cómo conocieron la nota y
2º) Si los datos confidenciales allí resumidos, pueden o no ser remitidos a una periodista por un miembro del gobierno que los ha obtenido por razón de su cargo.
La segunda cuestión a repasar se deduce de los dos folios resumen: Para poder resumir el contenido del ERE, presentado por el PSOE el viernes al mediodía del pasado 22 de junio en papel y por triplicado en el Registro de la Dirección General de Empleo, hay que disponer de su memoria y de sus voluminosos anexos. Por tanto es más que verosímil que la asesora tuvo que recibirlos con suficiente antelación desde la Dirección General de Empleo que dirige su compañero de Departamento de la Facultad de Derecho. Desconocemos si fueron digitalizados o fotocopiados. En ambos casos salieron de donde nunca tuvieron que salir.
Y es aquí donde este asunto está plagado de minas pendientes de explotar. Por ejemplo, la siguiente hipótesis pendiente de convalidar. No hay certeza y tampoco la tiene la Ministra que la nota de marras, incluso el original del propio ERE, no esté en estos momentos en algún despacho de Génova 13 o de la Puerta del Sol.
A estos efectos conviene recordar que la mayor parte del equipo de colaboradores de la Ministra, comenzando por la Secretaria de Estado de Empleo y el Subsecretario, entre otros, no eran de su confianza y sin embargo tienen en común que todos ellos han trabajado de modo directo y entusiasta para la Sra. Condesa Aguirre en diferentes cargos de su gobierno regional. Y no hay que ser un lince ni un espía de sainete de esos que estaban en la nomina de Consejerías varias y que trabajaban para la pareja González & Granados para deducir que, si alguien pegaría botes de alegría en caso de disponer del ERE, en su apartado PSM, sería la Condesa consorte y sus mariachis.
Y esa misma lógica es aplicable a los inquilinos de la planta noble de Génova 13. Disponer del ERE socialista es tanto como tener a su disposición un desnudo integral de las estructuras, personas y funciones tanto del PSOE federal como de sus estructuras territoriales.
Y por último, el tercer asunto que se da cita en este caso, además de las pruebas mencionadas más aquellas otras que se irán conociendo, tiene que ver con los mensajeros: De un lado, los receptores del ERE, con o sin nota resumen, que buscaban exclusivamente dañar la imagen del PSOE y aquellos otros que, disponiendo de las pruebas, han optado por publicarlas a sabiendas de lo espinoso que es dar a conocer una noticia así con sus circunstancias incluidas.
Sobre los primeros parece evidente que son muchos más los destinarios que los que la Ministra tiene conciencia. Y sobre los segundos, destacar el avance que supone primar el interés del lector y el ejercicio periodístico a favor de la transparencia máxime cuando a nadie se le escapa las fuertes presiones que ha recibido y seguirá recibiendo de los que saben que a estas alturas del caso, no tienen salida.
Continuará
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