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Foto de familia una vez desestructurada y sin yernos |
Hay noticias que se repiten con regularidad
como si estuvieran programadas con suficiente y calculada antelación. Llevan a
sus espaldas un temporizador que se encarga de repartirlas oportunamente a los
medios de comunicación que gentilmente las publican sin rechistar y mucho menos cuestionar.
Una de ellas tiene que ver con una de las
hijas del Jefe del Estado. Responde al nombre de Cristina Federica Victoria
Antonia de la Santísima Trinidad y cuyos azules apellidos nos los
ahorramos por ser de sobra conocidos. Para los más curiosos ocupa el séptimo
lugar en la línea de sucesión a la Corona, tras su hermano, el Príncipe de
Asturias, su sobrina infanta Leonor, las
no menos infantas sobrinas Sofía y Elena y por último, sus también sobrinos Felipe de Marichalar
y Borbón y Victoria Federica de Marichalar y Borbón.
Cristina e Iñaki están casados como Dios
manda. Fue una boda de postín de las que se retransmiten en directo por todas
las cadenas de tv y radio. Viven juntos desde entonces. Primero en Barcelona y actualmente
en Washington DC, ciudad en que su imputado esposo tiene un contrato de trabajo
basura hasta el 31 de julio del 2013 suscrito con Telefónica. Recibe como
contraprestación 1,5 millones anuales más otros 1,2 de retribución en especie y
además se hace cargo, entre otros
conceptos, de los gastos de alquiler de la casa, de la decoración, de los
billetes de avión Washington DC-España, del servicio, del parque móvil y de
parte del personal de escolta que les protege. En caso de despido la compañía
deberá abonarle 4,5 millones en caso de despido. Ella continúa tele trabajando desde
la distancia para la Caixa. Cobra por ello.
Dicho todo lo anterior, volvamos al
principio de este post y a esas noticias que son programadas con temporizador.
Ayer y hoy los teletipos y luego los principales medios de comunicación
informan que la fiscalía descarta la imputación de la infanta Cristina
Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad en el caso Nóos
porque "no hay elementos incriminatorios".
Las palabras del fiscal anticorrupción de
Baleares Pedro Horrach fueron pronunciadas en un ambiente amable y distendido con
motivo de su participación en un ciclo de tertulias de verano de Es Mercadal
(Menorca).
De este modo y por enésima vez, tanto el
juez como los fiscales se mantienen en su línea de no imputar a la fiel esposa
de imputado yerno del Jefe del Estado.
A uno y a otros les da igual que sea
notorio y publico que ambos han compartido y comparten todo lo compartible que
se espera de una pareja de esas características.
A uno y a otros les da lo mismo que Cristina
Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad se beneficiara de
modo directo y sin intermediarios de los jornales en blanco, blanqueados y en
negro que con el sudor de sus apellidos, propios y ajenos, traía su sufrido
esposo al Palacete de Pedralbes que previamente habían pasado por C/C
nacionales y extranjeras, paraísos fiscales incluidos.
A uno y a otros les es indiferente que sea
más que verosímil que Cristina Federica Victoria Antonia de la
Santísima Trinidad no solo conociera la existencia de sociedades
mercantiles que entraban y salían como Pedro por su Palacete de marras sino que
además en algunas de ellas está estampada su firma real.
En fin, dejémoslo aquí a la espera de que
el temporizador egregio con forma de teletipo vuelva a ponerse en marcha.
Mientras esto sucede, no nos queda más remedio que pensar a los mal pensados
que lo único que a uno y a otros no les da igual, no les de lo mismo ni les sea
indiferente, es que al nombre de Cristina Federica Victoria Antonia de la
Santísima Trinidad se añadan los apellidos de Borbón y Grecia. Va ser
eso.
1 comentario:
Esto no es un problema de malpensados sino de proceso de instrucción judicial en una democracia como la española.
Si ya debe haber costado sangre, sudor y lágrimas imputar al yernísimo duque de Palma (instrucción que no hay que olvidar le cayó encima al señor duque de rebote y/o propina dentro del caso "Palma Arena"), es muy fácil de entender que el juez se lo piense dos veces antes de imputar a la señora duquesa sin tener más sólidos indicios que el simple hecho de estar casados "como Dios manda".
Además los realmente "malpensados" lo que creemos es que aquí hay un pacto que deja a la primera presa del yernísimo en manos del fiscal instructor a cambio de no tocar a la señora duquesa.
Y aquí paz y después gloria, y el príncipe Felipe a tomar tila para que no se degrade aún más, de lo que ya lo está, la reputación e imagen de nuestra familia real y borbónica.
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