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Cristina Cifuentes con su pareja genovesa Ignacio Gonzalez |
El aniversario de los 35 años de la Constitución
fue el pretexto elegido por Cristina Cifuentes, Delegada del Gobierno genovesa en la
Comunidad de Madrid, para reencontrarse con su público al que tanto quiere y
tanto se debe.
Como quiera que esta actriz consumada
no improvisa ni los buenos días es evidente que no fue casual su puesta en
escena en la recepción que su compañero de andanzas Ignacio González ofreció en la Puerta del Sol con
motivo de este 35 aniversario.
Y es que Cifuentes, tras el grave accidente de moto que sufrió este verano y
que vaya por delante para los mal pensados de oficio y vocación que lamentamos
sinceramente, ha tenido tiempo para pensar en su futuro, su presente y su pasado.
Sobre su trayectoria poco que añadir que
no os hayamos contado aunque nunca está de más recordar. De entrada para los
más olvidadizos, incluidos algunos auto gurús de la izquierda, Cifuentes
es una profesional retribuida de la causa genovesa. Lleva más de una veintena
de años ocupando cargos electos ( Diputada Asamblea de Madrid ), orgánicos en
el PP madrileño ( Presidenta del Comité
de Derechos y Garantías ) y con el gobierno de Rajoy dos años al frente de la
Delegación del Gobierno en Madrid.
Durante todos estos años ha practicado
una calculada política de presencia en los medios de comunicación que la ha
llevado a ejercer regularmente de tertuliana en cadenas de televisión de
extrema derecha pura y dura ( Intereconomía TV ) y de rebote estar disponible
para cualquier otro medio que estuviera dispuesto a entrevistarla y homenajearla.
Su presencia masiva en los medios de la
caverna genovesa no ha sido obstáculo para ganarse la confianza de determinados
periodistas de la gauche divine que movidos unos por la curiosidad y otros por su desmedido afán por recibir halagos
personalizados, no han dudado en colaborar como comerciales de la propia Cifuentes
para la venta de la imagen de esta genovesa que se autocalifica de republicana
y atea pero que no duda en doblar su cervical al paso de los miembros de la
Casa Real y de paso prohibir cualquier manifestación contraria a las buenas costumbres
del nacional catolicismo.
Sus dos años como Delegada dan fe y certifican cómo se las gasta Cifuentes cuando realmente le deja riendas sueltas a sus
instintos ultraconservadores que lleva desde su infancia incorporados en su
ADN.
Nunca antes, ninguno de sus predecesores ( y desde 1980 ha habido una quincena de Delegados del Gobierno ) habían utilizado con tanto entusiasmo a la policía para impedir ejercer el derecho de manifestación.
Nunca antes se habían utilizado indiscriminadamente las sanciones económicas para castigar a los que querían ejercer su derecho a manifestarse.
Nunca antes, la Delegación del Gobierno
había sido utilizada con tanta indecencia en beneficio de los intereses de su
titular, monopolizandola como plataforma de lanzamiento en las luchas internas que
mantienen entre sí los diferentes clanes genoveses.
Y es que en realidad, justo es
reconocerlo, Cifuentes ha llevado a
la practica el conocido slogan de una multinacional sueca cuando invita a sus
clientes a redecorar su casa. Eso sí, la misma que con sus impuestos financian
los contribuyentes.
Pero no nos engañemos y
no nos dejemos engañar. Todo lo que ha sido y es Cristina Cifuentes está orientado a dar sentido a su desmedida
ambición y afán de protagonismo. Y ahora toca dentro de su hoja de ruta ser
candidata genovesa a la Alcaldía de Madrid. Ni más ni menos, ni menos ni más.
Lo sabe Ana Botella que continua en caída libre, lo sabe Ignacio González que bien puede presumir de conocerla como pocos la conocen, lo sabe la ex Condesa Aguirre que asiste con asombro a este movimiento
incontrolado dentro de su finca genovesa y sobre todo y ante todo, lo saben
bien y lo aprecian tanto en Moncloa como en Génova 13.
Ayer fue su entrada en la precampaña. Ella como es natural lo niega con ese indisimulado cinismo que con tantos años de oficio lleva practicando. Durante los próximos meses y semanas podremos ir comprobando como esta autoritaria Delegada del Gobierno irá adaptándose a su nuevo y deseado destino. Dará una de cal y otra de arena. Por la mañana prohibirá manifestaciones y se pondrá el traje de chaqueta de defensora del orden, al mediodía buscará huecos en su agenda para embaucar a esos gurús de por si ya predispuestos a dejarse embaucar y por la noche conspirará hasta al amanecer. Y todo ello, siempre a costa del contribuyente, retransmitiendo parcialmente sus movimientos en las redes sociales y de paso, si se tercia, amenazando con querellas y demandas a todo aquel que ose desdibujar su cuidada imagen de pijus magnifica con toques de Zara.
Sigamos atentos a esta fotonovela
genovesa de tercera división regional preferente donde nada es lo que parece y donde
sus protagonistas pueden ser reinas y republicanas a la vez. Todo sea por la
causa.
1 comentario:
Digna sucesora de Willy el Niño, por lo que nos espera.
La apodaremos Cristin la Niña.
Salud y Republica!
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