Otra vez por aquí. Hoy
continuamos para todos vosotros reconstruyendo los perfiles no oficiales de los
genoveses que ocupan los primeros lugares del escalafón institucional del
Estado y que Rajoy ha tenido a bien colocar y que además se ajustan a su lógica determinista según la cual estos puestos están
reservados a las buenas familias y estirpes reconocidas y reconocibles.
Por aquí han pasado
otras 4 autoridades de primera línea de mando. Desde el cualificado militante
adscrito a la presidencia del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez Cobos; pasando por los no menos cualificados
Presidentes del Congreso y del Senado, Jesús Posada, hijo del camarada Cacho y Pio García Escudero, hijo del IV Conde
de Badarán. Hasta el cineasta a tiempo parcial Eduardo Torres-Dulce, que
tiene su nomina, su coche oficial, escoltas y gastos de representación en la Fiscalía General del Estado.
Y como no podía ser de
otro modo, tocaba ya traer por esto lares a la quinta autoridad del Estado que
viste toga y preside desde diciembre pasado simultáneamente el Tribunal Supremo y el Consejo General del
Poder Judicial. Responde al nombre y apellidos de Carlos Lesmes Serrano y para los que solo se
creen a pie juntillas las biografías oficiales pueden pinchar aquí y a otra cosa.
Sin embargo para los
que de oficio son más incrédulos y más exigentes y apenas se creen lo que se
publica en el BOE y mucho menos la propaganda que se emite desde la mayoría de
los medios de comunicación que tienen sus cuentas de resultados pendientes del visto
bueno de la repipi de la Vicepresidenta del Gobierno hemos seleccionado y
subrayado algunos de los flecos menos conocidos de su currículo. Hete aquí el
resultado:
Damos por bueno que
nació en Madrid en 1958. Como cuenta las crónicas de sociedad, en Diciembre de
1983 se casó en la iglesia de San Francisco de Borja de la capital del Reino con la señorita Marieta Mansilla y que ofició el enlace
el Padre Matos, SJ. El novio acababa
de lograr plaza como Fiscal y todo un futuro profesional se le abría por
delante.
Desde entonces , ha
ejercido 10 años de fiscal, 8 en servicios
especiales como Alto Cargo de los gobiernos de Aznar y 12 años de
magistrado. Es decir, 30 años cotizando
a clases pasivas.
Sobre sus 8 largos años de colaboración con todos los ministros de Justicia que se sentaron en el Consejo de Ministros presidido por el hoy ex Presidente del Gobierno y cajero automático activo, el poliglota de Aznar apenas se sabe algo.
Consta que fue Mariscal de Gante, hoy consejera en el Tribunal de Cuentas y entonces Ministra
la que perpetró con su firma el Real Decreto del 24 de mayo de 1996 por el que pasó a ser
Director General de la Oficina de la
Objeción de Conciencia. Tras 4 años de ir y venir en su coche oficial
sustituyó a Juan Ignacio Zoido, hoy Alcalde
de Sevilla y defenestrado Presidente
del PP en Andalucía, al frente de la Dirección General de Relaciones con la Administración de
Justicia.
Allí aguantó algo más de 4 años viendo pasar a su mentor Ángel Acebes y a su sustituto José
María Michavila, siendo cesado finalmente por el socialista Juan Fernando López Aguilar.
A partir de su vuelta
a la toga hasta su nombramiento como Presidente
del CGPJ y Tribunal Supremo, Lesmes
ha centrado básicamente sus actividades en participar en sentencias
variopintas, dar conferencias, cursos y cursillos, más o menos retribuidos y
conciliables con el horario de oficina y de paso, como quien no quiere la cosa,
asistir como coordinador o participante según se ha publicado, al menos, a 16 cursos organizados por FAES, la fundación genovesa de
cabecera, entre los años 2003 y 2010.
Es decir, mientras
firmaba sentencias sacaba unas horas de su apretada agenda para acercarse a
inyectarse en vena ideológica las reformas que principalmente sobre el área de
la justicia y sus alrededores se planificaban en los debates de la ultraconservadora FAES. Reformas que
como la laboral, auspiciada por el hoy Presidente del Tribunal
Constitucional, han sido fielmente
llevadas a la practica tras regresar los genoveses al Gobierno de la mano de
Rajoy. Todo queda en casa.
Sobre sus sentencias
en hora de oficina, nada que llame la atención excepción hecha de su entusiasta
defensa como ponente para que Sortu
fuera ilegalizado y que acabaría siendo anulada por el Constitucional y su no
menos defensa apasionada en solitario para
que fuera indultado el kamikaze de Valencia, asunto que afectaba casualmente al hijo del
ministro de Justicia, Alberto
Ruiz-Gallardón.
Pero sin duda, su nombre brilla con luz propia desde que fue
elegido en Diciembre séptimo Presidente del CGPJ. Desde entonces no ha parado, eso sí básicamente por lo bajini. Ha escrito cartas cuestionada por sus tintes machista; se ha rodeado de fieles consejeros, tan genoveses como el que
más, que se han blindado en
los órganos de gobierno del Consejo; apenas ha dado señales de vida ante los
medios de comunicación; ha recriminado a los jueces que firman manifiestos que
no le agradan y, para fin de fiesta, como hiciera uno de sus antecesores, el
inefable Carlos Dívar, ni corto ni perezoso, se ha puesto por delante sus
profundas convicciones religiosas, y al frente de una
nutrida Delegación oficial , eso sí, a gastos pagados, se ha trasladado
a la ciudad del Vaticano.
De nada han servido
las protestas de Jueces por la
Democracia como tampoco que con su presencia se ponga en cuestión el
carácter aconfesional del Estado y la independencia del poder judicial. Han
podido más sus creencias que su toga.
Dicho y hecho. La
delegación a cargo del contribuyente se plantó el sábado 22 de febrero en la
basílica de San Pedro para vitorear el nombramiento de 19 nuevos cardenales,
entre ellos. Fernando Sebastián, más
conocido por sus recientes declaraciones homófobas y contrarias a los derechos
de la mujer que por su labor a favor de los más débiles.
La delegación
encabezada por Lesmes no cabía en un
microbús. Le acompañaban el embajador de España ante la Santa Sede, el opusdino
Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga;
el no menos ultra católico, apostólico ,romano, Barón y Secretario de Estado para la Unión Europea,
Iñigo Méndez de Vigo; También se
dejaron caer, sin tocarle ni el reintegro, otro secretario de Estado, el de Seguridad,
Francisco Martínez Vázquez; y el aún
vicepresidente del Parlamento Europeo y ultra por convicción , Jaime Mayor Oreja.
El resto de “gorrones institucionales“,
coloquialmente hablando, estaba integrado por el diputado genovés Eugenio Nasarre; el senador por
Navarra, José Ignacio Palacios; el
director general de Cooperación Jurídica Internacional y Relaciones con las
Confesiones, Ángel Llorente; el
director de las Relaciones con la Santa Sede, Gabriel Ferrán; el alcalde de Calatayud, el genovés José Manuel Aranda Lassa junto a su primera teniente, María Mercedes Sarrate de Castro. Cerraba
el pelotón el director del Instituto Cervantes, Sergio Rodríguez López-Ros. Sobre sus costes de todo tipo y
condición nada se sabe ni sospechamos esté previsto que se le traslado a sus
sufragadores pasivos.
En fin, Carlos Lesmes Serrano es quien tu
prefieras que sea : el de currículo oficial que se puede encontrar en cualquier web oficial o el que te acabamos de
encontrar. Compara y elige el mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario