Cuando el pasado viernes día 20, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, Cristóbal
Montoro, Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, acompañado de la
Vicepresidenta Sáenz de Santamaría y
de la Ministra de Empleo, Fátima Báñez,
se vio obligado a explicar sus vinculaciones con la sociedad “Equipo Económico”, heredera de “Montoro y Asociados” la que el mismo
fundó en el año 2006, a muchos nos vino a la memoria que este gobierno, con su
Presidente a la cabeza, en realidad son una Sociedad Anónima, no inscrita en el Registro Mercantil, que a lo
largo de estos tres largos años y medio han ido acumulado un sin fin de conflictos
de intereses entre los público y lo privado. Es decir, entre sus compromisos
con su pasado lobista y corporativo y sus actuales obligaciones como miembros
del Gobierno de España.
En crónicas anteriores, al rebufo de los primeros
síntomas y nombramientos, ya tuvimos ocasión de publicar de donde venían
algunos y realmente a quien se debían cuando su nombre y apellidos aparecían
publicados en el BOE. En este enlace podéis consultarlos.
Hoy, con los nuevos datos que se han ido conociendo,
aunque haya sido a trancas y barrancas, la sensación cada vez más extendida es
que, es el actual gobierno de Rajoy el que supera con creces a los gobiernos que durante 8 años presidió
Aznar. Vayamos a los datos y a los personajes.
En primer lugar, tirando de escalafón, nos encontramos
con el Presidente Rajoy y su papel de
lobista de los intereses de los Registradores de la Propiedad, cuerpo al
que el mismo y parte de sus hermanos pertenecen. Aquí nos encontramos con un
caso típico y tópico de toma de decisiones, siempre a costa del contribuyente,
con el único fin de favorecer a un minoritario colectivo que son mitad
empleados públicos y mitad cajeros automáticos. No es la primera vez que la historia se repite con Rajoy en el gobierno.
Ya sucedió entre 1996-2003. Los más curiosos podéis daros una vuelta por este vinculo y comprobarlo con vuestros propios ojos y teclado. Y por cierto, pasan los años y continúa sin aclararse
si el propio Rajoy es uno de los beneficiarios directos de algunas de las
medidas que el mismo ha impulsado.
En segundo lugar, el aludido anteriormente, Cristóbal Montoro, Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas. Llueve sobre mojado. Su biografía está repleta
de conflictos de intereses entre los publico y lo privado. Sus relaciones
profesionales y retribuidas con la CEOE cuando era un genovés desconocido de
tres al cuarto, le han ido marcando sus decisiones, su agenda política y sus
contactos de alto standing. De manera resumida, recordemos lo más relevante, sin perjuicio que los más inquietos puedan ampliar horizontes informativos pinchando aquí.
Estamos en marzo del año 2004. El PP acababa de perder
inesperadamente las elecciones generales. Montoro, entonces Ministro de
Hacienda, se busca la vida doblemente. De un lado, renovando su escaño al
Congreso por la provincia de Jaén. De otro cobrando su correspondiente indemnización
del 80% de sus retribuciones durante dos años como ex Ministro. Pero Montoro
necesita algo más que estar sentado en su escaño y poco meses después dimite
para ser elegido eurodiputado. Desde su nuevo y tranquilo y bien retribuido
retiro en Bruselas / Estrasburgo se
pone en contacto con sus mas estrechos colaboradores del Ministerio de Hacienda
para constituir una sociedad con claros objetivos lobistas cuyo nombre no
disimula quien está detrás, delante y a los lados : “Montoro y Asociados, SL”. Dicho y hecho. El 27 de junio del 2006
se inscribe en el Registro Mercantil y con Montoro a la cabeza, acompañado de
sus más selectos ex colaboradores, los mismos que habían dirigido durante años
la AEAT, se disponen a concretar y optimizar la incipiente sociedad.
En una entrevista digna de tener a mano, el
propio Montoro oficializa y divulga
su nuevo negocio. Ni siquiera disimula que lo hace compatibilizándolo con su condición de eurodiputado y sin que a fecha de hoy y de ayer esté claro lo haya declarado a la Oficina de Conflictos de Intereses del Parlamento comunitario.
Desde entonces hasta hoy, con cambio de nombre incluido,
pasa a llamarse “Equipo Económico, SL”,
y con un trajín de idas y vueltas de accionistas y consejeros, Montoro y
sus hombre con formato de SL, han ido ajustándose y adaptándose a la
circunstancias en aras del negocio. Poco a poco se han ido haciendo hueco en el
competitivo mercado de “quítate tú para
que me contraten a mi“ y que como se podrá ir visualizando en los próximos
días iremos conociendo un nuevo reguero de contratos adjudicados a esta
sociedad por administraciones publicas con fuerte presencia genovesa y/o
empresas que comprenden la importancia que tiene mantener buenas relaciones con
el ex equipo del actual Ministro de Hacienda. Nada que nuestros lectores no se
puedan imaginar.
En tercer lugar, tenemos en el ranking de Ministros a
media jornada con pasado y futuro empresarial, al inefable Pedro Morenés, Ministro de Defensa. En
realidad, su caso es tan obvio que apenas necesita presentación. Cualquier día
de estos se estudiará como un magnifico ejemplo en los Master sobre el papel de
los lobistas de diseño en los gobiernos de la UE. Morenés es un profesional de los negocios y
como tal no improvisa ni los buenos días. Sus actuaciones se ajustan a lo que
se espera de el y a la rentabilidad que sus decisiones provoquen a sus socios
potenciales. En resumen, se dedica a comprar armamento a cargo de los PGE al
mismo sector con el que antes colaboraba, vendiendo al por mayor los productos
de sus catálogos de armas y misiles, bombas de racimo incluidas, que son los
mismos que sugirieron su nombre a Rajoy para que fuera nombrado Ministro del
ramo. Nada sofisticado ni ingenioso. De manual.
En cuarto lugar, también tiene hueco propio en este
selecto escalafón, el Ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos. También su pasado reciente
ayuda a entender sus méritos para ser considerado un lobista de la Champion
Ligue genovesa. Al igual que los anteriores, también pasó por el BOE durante
los gobiernos de Aznar. Desde entonces, no ha parado. Ha sido consejero,
asesor, etc., de sectores financieros que saben bien distinguir entre un
funcionario público que se guía por el interés colectivo de aquellos otros que
como el propio De Guindos no tienen
reparo alguno en favorecerles a cambio de su reconocimiento y unas buenas
retribuciones acordes a su valía y entrega.
Por hoy vamos acabando. En una segunda entrega seguiremos
desbrozando a otros miembros del gobierno que al igual que los cuatro hoy seleccionados
apenas se toman la molestia de disimular a quien se deben. Nos vemos entonces.