![]() |
Imputado y Ministro |
Como estaba previsto en el guion, Consuelo Madrigal, Fiscal General del Estado, sin rechistar y recurriendo
al tan recurrible manto protector del “ordeno y mando” ha dado instrucciones a
su subordinado en el Tribunal Supremo para que archive la denuncia del GPS
contra Jorge Fernández Díaz, su Ministro del
Interior, por los indicios y las sospechas que a cualquier humano le han
provocado conocer la reunión en su despacho entre el susodicho y el triplemente
imputado Rodrigo Rato Figaredo.
Se cierra así, aunque sea falsamente y a la espera de
nuevas informaciones, un episodio que ha sacado a la luz la amistad manifiesta
y duradera en el tiempo entre dos genoveses de alto standing que como otros
muchos van formando pareja según las necesidades del mercado y como es el caso,
las judiciales. Los detalles y documentos de esta reunión los podéis consultar pinchando este enlace.
Y es que Fernández
Díaz & Rato Figaredo por su veteranía dentro de AP/PP, los cargos públicos que han ido ocupando, les acreditan como
una de los dúos genoveses más curtidos que han estado en todo tipo de verbenas
y tejemanejes, tanto internos y externos.
El primero lleva acumulando cargos retribuidos de todo
tipo y rango durante décadas, para ser exactos 35 años. Ha cobrado como
Gobernador Civil, concejal, diputado autonómico y nacional, Secretario de
Estado, Ministro y Presidente del PP en Cataluña. Como todo está previsto, en
su árbol genealógico figura un franquista reconocido y reconocible que
respondía al nombre de Eduardo Fernández
Ortega, a la sazón su padre, Teniente Coronel de Caballería.
Como no podía ser de otra manera, como otros muchos de
sus colegas es supernumerario del Opus Dei, está casado formalmente aunque desde algún tiempo a esta parte tiene
personalizado un generoso régimen de compatibilidad aunque sin homologar por el
Vaticano. Es copropietario en régimen de gananciales de Lolita, una perrita extremadamente conocida entre los Cuerpos y
Fuerzas de Seguridad del Estado a la que dan cariño y protección un día si y
otro también.
Por su parte, su pareja de despacho, café y confidencias
judiciales, Rodrigo Rato Figaredo, es por parte de
padre, hijo de Ramón Rato un acreditado ultraderechista
ya fallecido que a diferencia de su chico, sí fue durante un tiempo inquilino
de la prisión de Acebuche en Almería
acusado de crear una «organización
clandestina» en Madrid con la finalidad de evadir dinero y divisas a Suiza bajo
la cobertura de un familiar y casero : El Banco de Siero.
Al igual que Fernández
Díaz, entre unas cosas y otras, acumula más de 35 años ocupando cargos
dentro y fuera de los clanes genoveses. Lo ha sido todo : Vicesecretario General del PP, Diputado por Cádiz y por Madrid,
Vicepresidente y Ministro, Director del FMI, y Presidente de Caja Madrid &
Bankia.
En sus años de comerse el mundo, le dio por privatizar
todo lo que se le puso a tiro; nombrar a todos y cada uno de sus amigotes en
las empresas publicas que iban a dejar de serlo ; separarse y recolocar a la
vez a su primera mujer; ir y a Washington para dirigir el FMI y volver con la
cabeza baja tras acreditar su manifiesta incompetencia como uno de los tipos
más incompetentes; hundir Cajas de
Ahorros y Bancos y, finalmente, encontrase imputado en tres causas abiertas por
un sin fin de delitos contemplados en el Código Penal. Lo sabe todo de todos y
en cualquier momento y circunstancia adversa lo puede acreditar y documentar de
manera contundente. Y para no ser y hacerles de menos, como la mayor parte de los genoveses de
su nivel y condición, su nombre también figura en la doble contabilidad de Luis
Bárcenas.
Y es que ambos, en esto si que dicen la verdad, se
conocen desde hace más de 30 años. Han estado juntos y revueltos durante los
mandatos de Fraga, Aznar y Rajoy. Han
coincidido en decenas de ajustes de cuentas internas. Y quizá por eso, aunque
no solo, se deben favores mutuos que solo ellos saben descifrar sus condiciones
y su letra pequeña.
En realidad y ya vamos acabando, la reunión matutina del
pasado 29 de julio para ambos no es otra cosa que algo de lo más natural en la
medida que llevan tantos años confundiendo los intereses públicos con los
propios y por tanto para ellos estar imputado o ser Ministro son “cargos” que
les vienen dados sin reparar por ello en las circunstancias procesales que les
rodean. Pura rutina genovesa. Y desde ese punto de vista no les falta razón.